Mefistófeles es un demonio del folclore alemán, es comúnmente considerado como un capturador de almas.
Durante el renacimiento, era conocido por el nombre de Mefistófeles, forma de la cual se deriva una de sus posibles etimologías, según la cual el nombre procede de la combinación de la partícula negativa griega μὴ, φῶς (luz), φιλής (el que ama), o lo que es lo mismo: el que no ama la luz.
Mefistófeles es presentado muchas veces como una figura tragicómica, atrapado entre su victoria al lograr que las grandes masas dejen de considerar a Dios en el centro de todas las cosas, y su derrota al perder él mismo relevancia por el mismo motivo. En el aspecto gráfico, Mefistófeles ha sido mostrado como la representación más refinada del mal, siendo caracterizado con ropas fastuosas dignas de la nobleza y con una mente fría, racional y con un alto nivel de lógica, misma que utilizaría para atrapar mentalmente a las personas y hacer que siguiesen sus designios.
Nombre: Mefistófeles
Apodos: Mefisto
Original / inventado: Inventado
Edad: No se sabe con exactitud
Especie: Demonio/ Ojos rojos
Mefistófeles tiene un don para la convicción ( cosa muy importante si quiere conseguir las almas que busca). A pesar de ser un demonio casi tan antiguo como el mundo y de haber sido responsable de la muerte de personajes realmente importantes en la cultura popular, es un tipo de gusto sencillos y su carácter espontáneo constrasta con la figura de demonio que todos conocemos. Tiene un gran carisma, atrayente y magnético. Aparentemente es simpático y encantador. Pero no te puedes fiar de él porque es un mentiroso de armas tomar. Gracias a su labia y buenas maneras, puede conseguir lo que quiere e incluso confundir los deseos de la gente. Es muy astuto y no se cohíbe fácilmente ante nada. Es un auténtico seductor, hipócrita y mordaz. Aunque a primera vista da la sensación de ser un tipo cordial, agradable y caballeroso, no debemos confundirnos porque eso no quita que siga siendo un demonio y muy peligroso, sobretodo por su labia, con la que podría convencer a cualquiera para que firme un trato con él. Sabe presionar a las personas de manera que al final ellas crean que la decisión que han tomado ha sido suya.
Es muy sofisticado y elegando, con buenos modales. No le gusta mancharse las manos de sangre y por eso siempre tiene algún demonio menor que le hace los trapos sucios. Un tanto ególatra y presuntuoso. En los libros de demonología se le suele representar como un personaje de elegancia y ropas de noble, es extremadamente racional y lo utiliza a su favor para engañar las mentes de los pecadores.
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